Escritores a su escucha
Una oreja atenta…

… para recoger sus confidencias
Nuestra red se pone a su servicio sea cual sea su país y su lengua, y es por su satisfacción por la que los Escribas de memoria se liberan de las fronteras. A pesar de este muy ancho asiento, la relación que vivirá, en su lengua, con el Escriba de memoria que habrá elegido, estará impregnada de cercanía. Pues nuestro método fue pensado globalmente, bajo el respeto de cada cultura, según las vibraciones propias a su sensibilidad.
La primera de las atenciones que le debemos a usted es ser tanto su confidente como su escriba. Cuando relata su experiencia, da usted el ritmo, lanza las imágenes. Por las preguntas que le hace, su escritor privado ayuda a formular las palabras. Apunta las principales secuencias de vida, los encuentros, las descripciones, las anécdotas. Está atento a la expresión de sus emociones (de usted). Su papel es percibirlas para hacer un libro bonito y sensible. En esto, se diferencia del trabajo de un escritor público cuya producción se limita a la escritura de cartas.
Para con usted, nuestro oído atento y nuestra pluma servicial se comprometen en una discreción que puede alcanzar el secreto. Con respecto a algunas evocaciones íntimas a las cuales el relato puede hacer frente, nuestra presencia es tan neutra como condescendiente. Cuando el dolor surge en un recodo de una adversidad, nosotros lo ayudamos a formular sus sentimientos. Al fin del trámite, el sosiego estará presente y numerosas penas estarán despedidas.
Unir la calidad de escritura a la fidelidad de tono pide mucha peritación. Por eso, hemos elegido reunirnos para intercambiar sobre nuestras mejoras prácticas. Aunque cada uno escribe en su lengua, conseguimos intercambiar de manera organizada y eficaz. A través de un foro electrónico y video-conferencias, conversamos tanto de las preguntas hechas como de las experiencias adquiridas.
Un método siempre adaptado a su sensibilidad
Los escritores biógrafos profesionales, no procedemos nunca dos veces de la misma manera, pues cada vida es única y cada personalidad merece una atención particular. Nuestros vínculos transnacionales mantienen una anchura de miras que nos ayuda a prodigarle un acompañamiento flexible, adaptable, intuitivo. Alumbrados por lo que se vive en otra parte, desarrollamos, en nuestros países y nuestra lengua, la aptitud para hacernos, el tiempo de un libro, su confidente.